Se me cae la cara

Se me cae la cara

Se me cae la cara.
Se me escurre la piel. Se derrite, se disuelve, tan lentamente cae que parece arrastrar con ella el hueso que la intenta sujetar.
Se me cae la cara, he dicho. Pero no se está cayendo.

A la textura se suma energía. Calor, leve.
Si me concentrase lo suficiente quizás podría controlarlo; transformarme.
Si dejase de concentrarme en mí… notaría dónde estoy.

Estoy sola. No hay nadie más conmigo. Yo tampoco estoy con nadie. Parece que nunca lo he estado, porque no existe nada más.
¿Estoy en una habitación?
Estoy en una habitación vacía.
Oscura.
Estoy en una habitación vacía, oscura. Hay silencio, pero no total, porque puedo tocarlo.
Un sonido continuo genera una densidad en el aire. Mi corazón late despacio; y la densidad y la temperatura de esta habitación son exactamente iguales a mi densidad y temperatura. Mi corazón, fundido con mi pecho, exactamente igual a todo lo demás.
Siento una comodidad injustificada; inmutable, ideal, siento, una tranquilidad atemporal.
Hay una luz, un hilo, grueso, verdoso, azul, que irradia también energía. Como una electricidad inofensiva, sola hasta ahora en esta nocturnidad.
Como un cordón muy grande de lana me rodea, y se mueve en el aire, que es denso, surcable.
La luz, que parece sólo un color, se está fundiendo con el aire. Y cuando yo lo veo, empiezo a fundirme con ello también.
Mis brazos se elevan, porque la gravedad es la misma que en el fondo de un mar. Y la sensación es la misma que suspenderse en medio de su profundidad. Oscura, tranquila, vacuamente densa.
Las puntas de mis dedos se extienden, también son cordones de energía, mezclándose, tranquilamente, con la poca gravedad de la habitación marina.
Mi forma puede en todas las direcciones moverse. Todo siempre ha tenido siempre la misma densidad.

Me estoy descomponiendo, pero para ser más grande.
Toda la habitación soy yo. Yo estoy en todo el espacio. Reposo, me diluyo en mí misma. Soy el azul, soy el color de la energía, soy oscura y plácida, y en la calma de mi existencia puedo notar que en realidad soy de cualquier matiz de color que pueda querer sentir.
Soy todas las consistencias si me lo propongo.
Puedo moverme, lentamente, desenvolverme de tal manera que en mi percepción permanezca quieta.
Soy tan grande como toda la materia, tan amplia como el conjunto de todas las ideas. No hay nada fuera de mí, ni dentro me perturba nada.
Estoy en calma. Total. Y no deseo nada más que estar en calma.
En equilibrio, agradablemente brillo, sin relucir, como un suave mate en la consciencia.
No suspiro relajada porque nunca he estado nunca de otra manera. Mi respiración inexistente, constante y suspendida.

Soy todos los estados físicos, químicos, abstractos.
No puedo destruirme, porque no he sido creada. Existo, entre la nada. Llenándola, siendo yo el todo que ocupa su lugar. Todo el lugar.
El todo. Oscuro y eterno, denso, unificador y en calma.
En todos los planos de la consciencia, de la existencia, de la percepción, en la abstracción de toda la razón, la lógica y todas las ideas, en el estado uno de las funciones, estado del “ser” como única acción y sujeto, la base omnipresente de cualquier escala total de la realidad y la virtualidad, de la consciencia y del vacío, de la vida, la vida suspendida, la no-vida. En todos estos planos estoy sumergida, y emerjo en infinitas direcciones, colapsando los conceptos del espacio y el tiempo.
La metafísica se transforma, y ya no se hallan barreras, ni cercos, ni medidas que estrechen los conceptos, ni concreciones que los limiten para hacerlos comprensibles. En todas las dimensiones válidas, nulas, reales e imaginarias. Todas ellas una, única y ninguna dimensión posible.

Soy la concepción de una idea, de una abstracción, de un estímulo, sensorial o no, del vacío que creen o de lo que generen; resultado y detonante de cualquier movimiento, todas sus trayectorias, virtuales y actuales, y su momento de suspensión.
Soy la vida y la vida suspendida, soy el cambio, permanente e inmutable.
Soy todas las cosas, concebibles o no.

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Ilustración por Claudia del Campo (IA)